En la actualidad existe un reconocimiento prácticamente generalizado de que la creatividad es una habilidad necesaria en ingeniería, reconocida a nivel mundial como una competencia básica para los ingenieros y, fundamental para los procesos de diseño e innovación. Del mismo modo que estos autores lo indican, Organismos como la academia Nacional de Ingeniería de los EEUU (NAE) o la Academia Real de Ingeniería han señalado a la creatividad como una competencia clave. El informe de la academia nacional de Ingeniería de los EEUU, “The Engineer of 2020 (NAE 2004)”, se reconoce a la creatividad como » una cualidad indispensable para la ingeniería” (Zappe,2013). En el informe RAE2007 De la Academia Real de Ingeniería del Reino Unido titulado “creating systems that work”, junto con el Análisis, el Liderazgo y el Juicio se menciona a la creatividad «para inventar soluciones imaginativas, novedosas y eficaces a problemas reales y no para forzar el problema para ajustarse a la solución”. Junto con las instituciones, la industria es consciente del valor de la creatividad, así como los empleadores, quienes también tienen en cuenta que los candidatos en puestos de ingeniería posean habilidades creativas. Como muestra de ello, Cropley (2016) indica que en el certamen “Graduate Outlook Survey” de Australia, la resolución de problemas/Pensamiento lateral (principio relacionado con la creatividad) fue el tercer criterio en la lista de los más importantes de los seleccionadores de personal.
Puesto que la creatividad es importante para la profesión de la ingeniería y demandada como una competencia básica, es evidente ésta debe fomentarse en la etapa formativa. Para ello, debemos indicar una característica muy importante de la creatividad. Ésta radica en que es algo que en mayor o menor medida todos poseemos, pero que se puede desarrollar y fomentar. El proceso creativo está influido por varios factores (p.ej. cognitivos, ambientales, emocionales) y por tanto teniendo en cuenta estos factores la creatividad puede estimularse (Stouffer, 2004) Además de estos factores, el pensamiento creativo puede estimularse mediante determinadas prácticas y técnicas, algo que por tanto se puede tener en cuenta en la enseñanza y por tanto en las escuelas de ingeniería.
Para abordar esta cuestión aún pendiente de cómo fomentar el pensamiento creativo en las clases de ingeniería deberíamos fijarnos en las estrategias docentes que se están estudiando. Existen en la literatura varias recomendaciones propuestas por los expertos (Torrance, 1977) (Kazerounian,2007) (Richards, 1998) (Zappe, 2013), acerca de cómo enfocar el fomento de la creatividad en las aulas tales como habituarse a la incertidumbre y a la ambigüedad, aprender a equivocarse, trabajar con más de una respuesta, examinar la información desde nuevas perspectivas, así como que los educadores consideren determinadas técnicas tales como proporcionar oportunidades y recompensar la creatividad en lugar de solamente de acuerdo a los resultados exactos.
Referencias
Cropley, D. H., Nurturing Creativity in the Classroom. Chapter: 13, 2nd. ed. Cambridge University press, 2016.
K. Kazerounian and S. Foley, “Barriers to creativity in engineering education: A study of instructors and students perceptions,” Journal of Mechanical Design, vol. 129, no. 7, pp. 761–768, 2007
L. G. Richards, “Stimulating creativity: teaching engineers to be innovators,” in Frontiers in Education Conference, 1998. FIE’98. 28th Annual, 1998, vol. 3, pp. 1034–1039.
W. B. Stouffer, J. S. Russell, and M. G. Oliva, “Making the strange familiar: Creativity and the future of engineering education,” in Proceedings of the 2004 American Society for Engineering Education Annual Conference & Exposition, 2004, pp. 20–23.
S. Zappe, I. Mena, and T. Litzinger, “Creativity is not a purple dragon,” in National Collegiate Inventors and Innovators Alliance. Proceedings of the… Annual Conference, 2013, p. 1.
E. P. Torrance, “Creativity in the Classroom; What Research Says to the Teacher.,” 1977.